LA CERRAZÓN DE LA PRÁCTICA DOCENTE EN LOS TRES PRIMEROS AÑOS (ENELC)
- Luis Demetrio Vásquez Martínez
- 7 ago 2015
- 3 Min. de lectura

Hace dos años, se dio a conocer en un homenaje un artículo donde destacaba fuertemente la pobreza de las prácticas docentes que se realizan en los tres primeros años en la carrera, dicho artículo se llamaba "la cerrazón de las prácticas docentes". Queremos recordar este artículo y al final reflexionar lo que se ha hecho.
Desde hace muchos años la práctica de lo que hoy llamamos pedagógicas se ha estancado en un tradicionalismo educativo, en una institución que habla del “constructivismo”. Esta paradoja se ha manejado ciegamente a los alumnos de esta Escuela Normal, para ser muy específico, y que parte pues de los mismos docentes. Esta vez el contexto social no tiene nada que ver, tampoco las malas interpretaciones de las teorías piagetianas o de Domingo Blázquez, para ser más contemporáneo al menos en Educación Física; antes de irnos sobre una aventura de culpabilidad o pretextos, debemos partir desde la organización de las prácticas, ¿Quiénes lo organizan? ¿Cómo lo organizan? ¿En qué se basan para poner un determinado tiempo para ver los contenidos y finalmente mandarnos en una escuela a ejecutar e interpretarlo según el contexto? ¿A caso existe una estadística de aprendizaje minuciosa en los estudiantes que arroja estos resultados muy generalizados?
Ya lo dijo alguna vez un profesor precisamente de esta escuela, “hablamos dos idiomas muy distintos”. ¿Por qué en las palabras demuestran un sinfín de teorías y en las acciones solamente un camino? Ese camino que se ha ahogado en unas prácticas de dos o tres semanas (hablando de primeros a terceros años) y que desemboca en resultados que los mismos maestros ya saben y sin embargo volvemos a caer en la misma organización de dichas práctica, y qué se dice al respecto: no hubo aprovechamiento
Lamentablemente cuando hay nuevas propuestas para mejorar las prácticas siempre sale ganando aquella que está en la mínima razón. Y todo lo encajonan en que no hay tiempo necesario, esto ya está pasando de moda. Dentro de todo esto encontramos uno de los mayores problemas que realmente existe en la institución, la comunicación maestro-alumno. Hablamos de socialización, también de una educación para la paz, del trabajo en equipo que es lo más evidente, pero no se puede ver una comunicación de las dos partes.
Se exige valores, actitudes y conocimiento, pero realmente ¿qué es lo que nos demuestran?, existe muchas contradicciones entre las palabras y sus acciones de los maestros, tampoco esta concepción es genérica, puesto que no todos los maestros poseen las mismas destrezas de enseñanzas, (sólo para aclarar). Entonces ¿Cuál es la respuesta a este problema? ¿Predicar con el ejemplo? Finalmente cualquier respuesta no se puede adaptar en lo absoluto a un problema de enseñanza, se sabe que es complejo. El punto es ¿Qué tan coherente son las acciones con las exigencias de los maestros de la Escuela Normal? ¿A caso puede ser la clave de que las prácticas docentes sea un fracaso? ¿Cómo podemos mejorar las practicas docentes con una nueva propuesta?
Debemos de ser más claro, no se puede criticar sin construir, tampoco culpar a cualquier índole como siempre se ha venido haciendo ciegamente hacia los “estudiantes”.
A pesar de este llamado, las prácticas siguen siendo los mismos dos años después. Vemos que existe necedad en los mismos maestros formadores de docentes, no hay fundamento alguno por el cual las prácticas sigan iguales.
¿Qué podemos exigir a los jóvenes, futuros docentes si no hay disposición por mejorar la práctica educativa? ¿Acaso no son importantes estas prácticas?
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